martes, 24 de marzo de 2009

Publican el mapa de la malaria más detallado

"Ahora, cuando se hacen previsiones, se habla de un millón arriba o un millón abajo de personas y la información que llega de muchas regiones africanas sobre los niveles de malaria es muy poco precisa", explica Alfredo Mayor, experto en malaria del Centro de Investigación en Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelona. El nuevo mapa, publicado en la revista PLoS Medicine, registra el riesgo de contraer paludismo con una resolución de 25 km2.

El proyecto, desarrollado a lo largo de dos años con la colaboración de más de 200 expertos en la enfermedad, muestra que 2.400 millones de personas viven en regiones amenazadas por el Plasmodium falciparum, el parásito responsable de nueve de cada diez muertes por malaria.

Pese a lo abultado de la cifra, los autores del estudio consideran que hay razones para el optimismo: tres cuartas partes de esas personas habitan zonas donde, pese a la presencia de la enfermedad, el riesgo de infección se considera muy bajo y los obstáculos para controlarla son relativamente pequeños.

Zonas de alto riesgo
El lado oscuro de los guarismos se refiere a África subsahariana. Allí, de los 660 millones de personas que viven en regiones afectadas por el paludismo, un 53% lo hace en zonas con muy alto riesgo de contagio y un 30%, con riesgo intermedio. En Asia, donde 690 millones de personas viven en regiones con cierto riesgo de infección por F. falciparum, sólo un 1% se enfrenta a un riesgo alto y un 11%, a un riesgo intermedio.

"Este mapa de riesgo de malaria nos da la esperanza de que eliminar la enfermedad en muchos países es técnicamente posible", afirmó Simon Hay, director del proyecto. "Pero también nos presenta una verdad rotunda: que la carga a la que se enfrentan los africanos es muy elevada y que tratar la malaria seguirá siendo un gran desafío a largo plazo", añadió.

La información que proporciona el mapa, que estará disponible de forma gratuita y se actualizará todos los años, servirá para racionalizar las intervenciones. "Para diseñar la estrategia de un programa contra la malaria, es necesario saber, por ejemplo, a qué grupo de edad te diriges o que niveles de transmisión hay", apunta Mayor.

"Además, esto puede servir para controlar la evolución de la enfermedad y su relación con las distintas estrategias para combatirla a lo largo del tiempo", agrega.

Una referencia
Bob Snow, director del proyecto en Kenia, también cree que la información recogida puede servir como referencia. "Hacer un seguimiento de los éxitos del esfuerzo internacional para controlar la malaria requiere un mapa que nos diga dónde estamos hoy", dice.

"En vez de adivinar el progreso que se ha hecho, el proyecto registrará, modelará y seguirá lo que ha sucedido, dando a los donantes y los gobiernos una perspectiva con datos en la mano sobre los logros que ha permitido su inversión", añade.

Los responsables del proyecto han recopilado información que abarca desde datos climáticos recogidos por satélites hasta un archivo de 11.000 estimaciones de prevalencia de la enfermedad obtenido en las comunidades afectadas.

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