El objeto, bautizado con el nombre de 2009 FH, pasó cerca de nuestro planeta a las 12:17 GMT (las 13:17, hora española). La distancia de 80.000 kilómetros corresponde a alrededor de un quinto de la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
La NASA subrayó que en ningún momento hubo riesgo alguno de colisión. Sin embargo, el hecho más preocupante es que el objeto no fue detectado hasta apenas un día antes de su llegada. Lo mismo que sucedió hace apenas algunos días (el pasado 2 de marzo) con otro pequeño asteroide de treinta metros y que pasó a 72.000 kilómetros de nuestro mundo. En ambos casos, si uno de los dos (o ambos) hubieran seguido una ruta de colisión, no habría dado tiempo a adoptar ninguna medida de protección.
El asteroide, cuyo diámetro ha sido estimado entre 13 y 29 metros, tiene el potencial suficiente para devastar toda una ciudad en el caso de impacto. Sus medidas, en efecto, coinciden con las que se cree que tuvo el objeto que cayó sobre Tunguska, en Siberia, en el año 1908, provocando la destrucción total de más de dos mil kilómetros cuadrados de tundra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario